Estoy cansada, más que cansada estoy harta de ver como bajo el paraguas de la libertad de expresión empieza a cobijarse todo tipo expresiones que sobrepasan la legalidad, el buen gusto y la libertad misma. Llevamos un tiempo- demasiado diría yo-en el que asistimos a un estado en el que todo vale. Se pisotean todos los valores de respeto y tolerancia que tanto trabajo nos ha costado conseguir. Y lejos de que los tribunales se dejen de paños calientes y pongan orden en este desaguisado, lo que se hace es mirar para otro lado y echar en el saco sin fondo de la "libertad de expresión" todo aquello que les llega por miedo a ser señalados de amigos de la caverna o el calificativo más de moda en los últimos tiempos "eres un fascista" o "facha". Y así nos va.
El hecho es que de un tiempo a esta parte el hecho de opinar en cualquier foro algo que no sea del agrado de la muchedumbre, o disentir políticamente del resto, o simplemente ejercer una profesión (en este caso la de torero) te lleva a ser objeto de linchamiento en todas las redes sociales. Es algo inaudito. Se ha impuesto el pensamiento único. O piensas como el rebaño o te crujen vivo.
La gota que colma el vaso y que hace que haya perdido la fe en el ser humano es lo sucedido a raíz de la muerte del torero Víctor Barrios. No me cabe en la cabeza como otro ser humano pueda alegrarse y decir tantas barbaridades por la muerte de otro ser humano que no ha hecho otra cosa que jugarse la vida ejerciendo su profesión: la de torero, aunque a cierto sector cada vez más creciente no le guste. A mí personalmente no me gustan las corridas toros, pero respeto a todos los que sí les gusta. Simplemente no voy a verlos, tampoco les deseo mal y mucho menos me alegro si tienen alguna cogida o, como en este caso, fallecen por la cogida del animal. Y mucho menos entiendo que un descerebrado que ejerce-según dice él- como profesor se dedique a publicar por las redes sociales que se alegra de la muerte y otras cosas más repudiables. Pero la cosa no queda ahí, también la viuda ha recibido comentarios de este tipo. El hecho regodearse del dolor de alguien que está sufriendo por la muerte de la persona a la que ama me parece de una bajeza moral supina, que además revelan la parte más despreciable de un ser humano. Este tipo de gente me parece ruin y despreciable.
Por si fuera poco hace unas horas leí un comentario de alguien que decía que los que nos alimentamos de animales somos asesinos. Se me quedaron los ojos como platos. No puedo creer que hayamos llegado a este extremo. Lo siento, pero el estado de imbecilidad se generaliza a pasos agigantados.
martes, 12 de julio de 2016
lunes, 21 de marzo de 2016
¡Qué aburrimiento de postureo!
Me aburre hasta el cansancio entrar en una red social y encontrarme las típicas fotos de morritos everywhere.
Realmente somos vanidosos hasta el ridículo. Ridiculez que afecta a todas las capas sociales, no se libra nadie. Me pregunto que pensará cada uno cuando ve las fotos del resto. Mejor no imaginarlo. A mí me cansan desde luego.
Hay quien retoca la fotografía eliminando arrugas de aquí y allá, adelgazando un poco la cara; a veces tanto que parece el cuadro de "El grito" de Edvar Munch. Y el misterio se desvela tres selfies a continuación en la que se te ve una cara de pan que no puedes con ella. Un poco de sentido común, es lo que nos hace falta.
Luego están los típicos que suben fotos hasta de cuando van al baño público. Publican todo lo que hacen a cada momento con fotografía ilustrativa para que no te pierdas detalle. Luego son los que piden que se respete su privacidad. ¿Estás hablando en serio? ¿Tu privacidad? ¿Te acabas de pasar todo el día ilustrando a los 1700 contactos de tus redes sociales lo que haces desde que te levantas y ahora pides privacidad? No es serio, quizás deberías hacértelo mirar. Creo que personas así merecen un estudio psicológico profundo. No es normal.
Y aunque en la foto salga uno con las ojeras hasta el suelo y los pelos revueltos como si hubieras metido los dedos en un enchufe siempre habrá quien te diga lo guapo o guapa que estás. Hay que ser mentiroso, o ciego, o las dos cosas.
Pues sí me aburre el postureo una cosa mala, pero habrá que aguantarse hasta que se aburran ellos de hacer el tonto, pero me da a mí que esto va para largo ¡Cansinos!
Imagen: Pixabay.com
Realmente somos vanidosos hasta el ridículo. Ridiculez que afecta a todas las capas sociales, no se libra nadie. Me pregunto que pensará cada uno cuando ve las fotos del resto. Mejor no imaginarlo. A mí me cansan desde luego.
Hay quien retoca la fotografía eliminando arrugas de aquí y allá, adelgazando un poco la cara; a veces tanto que parece el cuadro de "El grito" de Edvar Munch. Y el misterio se desvela tres selfies a continuación en la que se te ve una cara de pan que no puedes con ella. Un poco de sentido común, es lo que nos hace falta.
Y aunque en la foto salga uno con las ojeras hasta el suelo y los pelos revueltos como si hubieras metido los dedos en un enchufe siempre habrá quien te diga lo guapo o guapa que estás. Hay que ser mentiroso, o ciego, o las dos cosas.
Pues sí me aburre el postureo una cosa mala, pero habrá que aguantarse hasta que se aburran ellos de hacer el tonto, pero me da a mí que esto va para largo ¡Cansinos!
Imagen: Pixabay.com
lunes, 22 de febrero de 2016
Los "grupos de presión" al abordaje de las redes sociales
Desde hace tiempo la crispación política y ciudadana se instaló en nuestras vidas y lo hizo sin dejar ningún hueco libre del que escapar. Aquellos espacios de expansión y divertimento que son las redes sociales, empezaron a convertirse en cualquier cosa menos sociales. Y es que no hay día que veas a unos y a otros, perfectamente organizados eso sí, esperando la señal para empezar la carnicería.
El más patente, dónde se puede observar el combate cuerpo a cuerpo es twitter. Los detectas al arriar su bandera, los hagtags, y empiezas a ver el combate. Siempre los mismos perfiles. Cualquier noticia del oponente político sirve de pretexto para sacudir estopa a diestro y siniestro. Y como se le ocurra a alguien disentir de la opinión de la manada borreguil, le tratan de apestado social, fascista-últimamente muy de moda por cierto, aunque algunos no sepan siquiera su significado- o perroflauta, o piojoso ...o cualquier insulto que se les venga a su enturbiado cerebro, aunque el comentario esté desprovisto de toda consideración ideológica. Pero es que en estos grupos de letanía sectaria es como un mantra aquello de si no estás conmigo estás contra mí.
Manipulan las noticias, día sí y día también. Y mucho más si les perjudica, se dedican a justificar las tropelías de sus amados líderes con el consabido y desgastado...y tú más. Y es que no deja de ser siempre el mismo cuento.
Hace unos días uno de esos grupos creó un hastag de apoyo a cierto personaje político y fueron tan descaradamente estúpidos que utilizaron lo que se conoce como "trending boots", que no es otra cosa que crear un hastag para que un determinado tema o reivindicación se convierta en trending topic a nivel nacional, y claro eso implica utilizar perfiles falsos, con lo cual esta vez la cosa quedó excesivamente chapucera. Aunque algún cenutrio se jactaba del gran apoyo que estaban teniendo...¡Pobre diablo!
En el resto de redes sociales como Facebook o Google plus la estrategia es intoxicar la página del oponente político con comentarios de todo tipo, se trata de hacerse pasar incluso por uno que pasaba por allí y deja caer su queja, pero claro son cazados al momento. El caso es que las redes sociales hoy por hoy están infectadas de este virus de la crispación política y no hay forma de aliviar al enfermo. Yo espero que se pase pronto y estos políticos de campo, o de redes se vayan a pastar a otro sitio, porque la verdad son muy cansinos y llegan a hartar hasta al más paciente... Lo dicho, señores políticos de medio pelo y pelucón tomen su bajel pirata y aborden la próxima isla desierta con sus insultos, mentiras y crispación. Jueguen allí a darse en la cabeza con los cocoteros y por favor...no vuelvan.
El más patente, dónde se puede observar el combate cuerpo a cuerpo es twitter. Los detectas al arriar su bandera, los hagtags, y empiezas a ver el combate. Siempre los mismos perfiles. Cualquier noticia del oponente político sirve de pretexto para sacudir estopa a diestro y siniestro. Y como se le ocurra a alguien disentir de la opinión de la manada borreguil, le tratan de apestado social, fascista-últimamente muy de moda por cierto, aunque algunos no sepan siquiera su significado- o perroflauta, o piojoso ...o cualquier insulto que se les venga a su enturbiado cerebro, aunque el comentario esté desprovisto de toda consideración ideológica. Pero es que en estos grupos de letanía sectaria es como un mantra aquello de si no estás conmigo estás contra mí.
Manipulan las noticias, día sí y día también. Y mucho más si les perjudica, se dedican a justificar las tropelías de sus amados líderes con el consabido y desgastado...y tú más. Y es que no deja de ser siempre el mismo cuento.
Hace unos días uno de esos grupos creó un hastag de apoyo a cierto personaje político y fueron tan descaradamente estúpidos que utilizaron lo que se conoce como "trending boots", que no es otra cosa que crear un hastag para que un determinado tema o reivindicación se convierta en trending topic a nivel nacional, y claro eso implica utilizar perfiles falsos, con lo cual esta vez la cosa quedó excesivamente chapucera. Aunque algún cenutrio se jactaba del gran apoyo que estaban teniendo...¡Pobre diablo!
En el resto de redes sociales como Facebook o Google plus la estrategia es intoxicar la página del oponente político con comentarios de todo tipo, se trata de hacerse pasar incluso por uno que pasaba por allí y deja caer su queja, pero claro son cazados al momento. El caso es que las redes sociales hoy por hoy están infectadas de este virus de la crispación política y no hay forma de aliviar al enfermo. Yo espero que se pase pronto y estos políticos de campo, o de redes se vayan a pastar a otro sitio, porque la verdad son muy cansinos y llegan a hartar hasta al más paciente... Lo dicho, señores políticos de medio pelo y pelucón tomen su bajel pirata y aborden la próxima isla desierta con sus insultos, mentiras y crispación. Jueguen allí a darse en la cabeza con los cocoteros y por favor...no vuelvan.
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miércoles, 27 de enero de 2016
La moda, esa tirana
La moda, esa tirana, instigadora de la bulimia y la anorexia. Diseñadores empeñados en hacernos ver que lo bello son dos juncos insípidos desfilando por una pasarela. Modelos mustias y sin formas. Tallas que son tallos, porque no son humanas, son huesos para el caldo. Aunque ni eso. Y no solo está en la moda para la mujer, ese absurdo fanatismo por la delgadez también se hace presente en los hombres. Y ese arquetipo de falsa belleza se impone en adolescentes y no tan adolescentes. Por eso no es difícil encontrar páginas, blogs y otro tipo de publicaciones alentando sobre dietas. Y más descabellado aún, proponiendo trucos para comer sin engordar, pasando por el vómito y otras burradas. Aunque vómito es lo que me producen a mí esas páginas y esta estúpida moda.
Cada vez son más las voces que se alzan contra esta tiranía, ¿acaso se debe transformar el ser humano para encajar en sus vestiduras, o la ropa se acomoda al cuerpo de la persona? ¿Nos hemos vuelto idiotas?
¿No se han dado cuenta estos diseñadores que la mujer tiene formas?
¿Para quién diseñas tus creaciones, para colgarlas en una percha o para que la vista una mujer?
Claro que al mismo tiempo me hago otra pregunta...¿estás dispuesta a poner en riesgo tu salud por un trozo de tela? Yo al menos no, ¿y tú?
Una cosa es cuidarte y hacer una dieta equilibrada para mantenerte en forma, y otra muy distinta someterte a una tortura estúpida de dietas "milagro" que son un peligro para bajar kilos rápidamente y cuyo objetivo no es otro que meterte en una talla 38 que jamás tuviste.
Ahora mírate a la cara, estás que das pena, y ese saco de huesos perdona que te lo diga pero no atrae para nada. Da grima ver esos brazos y esas piernas que parecen mondadientes. Pero si eso es lo que quieres tú, pues sigue así. En el cementerio no hay pasarelas de moda, ni espejos, ni flashes, ni sueños de ser la más popular, ni nada que se le parezca. Mientras tú pones en riesgo tu vida haciendo el panoli, otro se está forrando. Y lo más importante, a estos señores de la moda tus formas, tu salud, les importa un rábano; de lo contrario, diseñarían ropa para mujeres normales, sí esas que te cruzas a diario por las calles de cualquier ciudad o pueblo. Eres libre para decidir si quieres seguir siendo esclava de esos arquetipos pasajeros de "belleza" -que no lo son- o gustarte a ti misma y mandar a todos estos creadores de formas insulsas e indefinidas al mismo diablo.
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